esperando o recordando

Me dijo que en su opinión la gente vive años y años, pero que en realidad es sólo en una pequeña parte de esos años cuando vive de verdad, y esto es en los años en que consigue hacer aquello para lo que nació. Entonces, en ese momento, es feliz, el resto del tiempo es tiempo que se pasa esperando o recordando. Cuando esperas o recuerdas, me dijo, no estás ni triste ni feliz. Pareces triste, pero se trata únicamente de que estás esperando o recordando. No está triste la gente que espera, ni tampoco la que recuerda. Simplemente está lejos.

Esta historia – Alessandro Baricco

sabines

Cuando te regalan arte a veces te hacen más feliz, a veces más sabio, otras te hacen entristecer. Pero nunca te puedes quedar indiferente…

El mar se mide por olas, el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada…

Horal – Jaime Sabines

night and day

Y otra canción de la que nunca te puedes cansar. La has tatareado, cantado e incluso puede que la hayas bailado. Por Sinatra, por Django, por Ella Fitzgerald e incluso a piano cantada por su autor Cole Porter. Pues nada, el ratoncito también se apunta a esa pléyade de genios (ironía) con sus friki punteos.

Y en este enlace la puedes bajar…

time 4 time

Hace unos meses pude ver en directo a Kroke. Se trata de un grupo de Cracovia que mezcla diferentes estilos de manera explosiva. Tienen un canción llamada time 4 time que es una auténtica maravilla. Como viene siendo habitual, he hecho una pequeña versión con guitarra. Espero que os guste…

Y pulsa aquí por si la quieres bajar

la tortuga de la suerte

Sábado por la mañana. Día de compras. Salgo a la calle dispuesto a comprarme algo de ropa. Entro en una tienda y comienza a sonar música techno. Exigencia de rapidez: prueba raudo, decide pronto, paga ya. Al rato, salgo aturdido sin recordar cómo era el diseño de ni una de las prendas.

Busquemos algo diferente. Paro delante de otro escaparate y me gusta lo que veo. Venga vamos. Al entrar me doy cuenta que he aterrizado en un planeta con un tempo muy distinto, donde las dependientas parecen haber pasado por una sala de esterilización: llevan trajes rectos oscuros, se mueven despacio y de fondo suena una música cool. No muy alta, claro. Da miedo tocar las prendas. Tengo la sensación de que si dejo un jersey mal doblado este mundo se va a desintegrar y con él sus extraordinarios habitantes. Decido no romper el orden.

Abandono el sueño, sigo paseando y veo una camiseta musical tras un cristal. Sí: este debe de ser el destino final. Entro y en un equipo de sonido conectado a un Apple suena el último grupo de moda. La dependienta, muy guapa ella, está leyendo una revista y tamborilea los dedos en el mostrador. Encuentro una camiseta de Iron Maiden con unas cuantas tachuelas y purpurina por 60 euros. Dios mío, no sabía que se cotizara tanto el heavy. Me marcho un poco divertido. La muchacha sigue tamborileando sin levantar la vista.

Tomo el camino hacia casa por un callejón. De repente tropiezo con un africano enorme que me pone en la mano una tortuga de la suerte. A continuación, suelta un discurso muy sonoro en italiano-español acerca del simbolismo y bondades de la tortuga mágica. Que todo me va a ir bene si la guardo conmigo. Mientras habla fijo mi vista en su hermosa casaca de colores. Es la prenda más bonita que he visto en todo el día. Y la persona a la que mejor le sienta ese alegre trozo de tela. Cuando termina, le doy unas monedas por la tortuga y la guardo en un bolsillo de mis modernos vaqueros. Se despide dándome las gracias con una gran sonrisa y diciendo que soy muy «gentile».

Después me alejo avergonzado por esta enorme frivolidad en la que vivimos inmersos.

heavy metal never dies

Intento ir a correr cuando salgo del trabajo para gastar las pocas energías que no he empleado delante de la pantalla. Y me suelo llevar música donde prima más el ritmo que la melodía. Últimamente se me ha ocurrido cargar el reproductor con los marulos de Rammstein y creo que deberían de recomendarlo en la teletienda para adelgazar. Curiosamente siempre coincide esta canción (el aleatorio de mi reproductor funciona de pena) en una cuesta de las duras. Pero a grito de «Rein Raus» me la como con patatas!!!

Por cierto, todo esto me recuerda ese anuncio (no recuerdo la marca) de un tipo pretendidamente sofisticado que va en un coche escuchando música: que si jazz, que si radio clásica… en un semáforo se para a recapitular un momento y se dice a sí mismo ¡si lo que más me gustaba de joven era el Heavy Metal!

Pues eso, va por el Santi siempre fiel a sus Iron Maiden o el Rubén que el otro día se me emocionó recordando los buenos tiempos de Ozzy y Motörhead. Gracias a los dos por haberme rescatado a la tierna edad de doce años de Modern Talking (na na chubi chubi chubiiiii, chubi catachuuubiiiii)

Y de postre, os pongo el vídeo de Rammstein…

versión del spoon guitar

Ayer subí aquí el vídeo del spoon guitar. Me he tirado todo el fin de semana enganchado a la dichosa canción y no me ha quedado otra que hacer una versión. Ahora espero poder librarme de ella…

Y por si alguno tiene la duda: no la he tocado con la cucharilla 🙂

«Sucedidos» de Galeano

Antaño don Verídico sembró casas y gentes en torno al boliche El Resorte, para que el boliche no se quedara solo. Este sucedido sucedió, dicen que dicen, en el pueblo por él nacido.

Y dicen que dicen que había allí un tesoro, escondido en la casa de un viejito calandraca.

Una vez por mes, el viejito, que estaba en las últimas, se levantaba de la cama y se iba a cobrar su jubilación.

Aprovechando la ausencia, unos ladrones, venidos de Montevideo, le invadieron la casa.

Los ladrones buscaron y rebuscaron el tesoro en cada recoveco. Lo único que encontraron fue un baúl de madera, tapado de cobijas, en un rincón del sótano. El tremendo candado que lo defendía resistió, invicto, el ataque de las ganzúas.

Así que se llevaron el baúl. Y cuando por fin consiguieron abrirlo, y lejos de allí, descubrieron que el baúl estaba lleno de cartas. Eran las cartas de amor que el viejito había recibido todo a lo largo de su larga vida.

Los ladrones iban a quemar las cartas. Se discutió. Finalmente, decidieron devolverlas. Y de a una. Una por semana.

Desde entonces, al mediodía de cada lunes, el viejito se sentaba en lo alto de la loma. Allá esperaba que apareciera el cartero en el camino. No bien veía asomar el caballo, gordo de alforjas, por entre los árboles, el viejito se echaba a correr. El cartero, que ya sabía, le traía su carta en la mano. Y hasta san Pedro escuchaba los latidos se ese corazón loco de alegría de recibir palabras de mujer.

El libro de los abrazos – Eduardo Galeano

el genio de la cuchara (teaspoon guitar)

Menos mal que mi hermano siempre encuentra cosas interesantes para el blog.
Ya he escuchado esta canción tropecientas veces y estoy completamente enganchado al soniquete de la cuchara. Me encanta la progresión de acordes que hace con la mano izquierda mientras mantiene la cuchara en la misma nota. Y qué decir de la derecha: rítmicamente perfecta. Lástima que se trate de un vídeo tan corto.

Mientras algunos gastamos el dinero como tontos en tecnología, guitarras, efectos diferentes… llega este genio africano llamado Hannes Coetzee y demuestra lo simple y bella que es la música si se tiene un don, una caja donde sentarse, una palmera detrás y una cuchara.

Bailad, bailad, malditos

De modo que Eduardo y May se levantaron, entre el aplauso general, para bailar solos, y Berta tocó la pieza más arrebatadora de su repertorio.
Pues bien: creedme o no, apenas hubieron bailado cinco minutos, súbitamente el mandadero tira la pipa, coge a Dot por la cintura, se lanza en medio de la habitación y voltea rápidamente con ella haciendo piruetas, ora sobre los talones, ora sobre la punta del pie. Apenas les vio Tackleton, se deslizó suavemente hacia la señora Fielding, la cogió por la cintura y siguió el vaivén. Al notarlo el viejo Dot, se puso en pie y arrebató a la señora Dot en medio del grupo, poniéndose a su cabeza; Caleb, al verlos, tomó a miss Slowboy por ambas manos y partió enseguida con ella, y miss Slowboy, convencida por completo de que las únicas reglas de danza consisten en penetrar vivamente entre las demás parejas y ejecutar a su costa cierto numero de choques más o menos violentos, se entregó a estos ejercicios con entusiasmo.

El grillo del hogar – Charles Dickens

Dickens es magnífico a la hora de describir escenas humanas, desde las más tristes a las más alegres. Y aquí nos presenta en un simple párrafo la alegría del baile. El que no haya sentido nunca (viendo o participando) el torbellino bailarín como miss Slowboy se está perdiendo algo realmente importante en esta vida. Olvidad por unos minutos las hipotecas a 50 años, la teletienda, la política cansina, el desengaño amoroso, los trabajos basura. Además, no hace falta que la melodía sea sublime: si se trata de una orquesta veraniega mucho mejor.

¡Qué poco queda para el verano!

enigma variations

A algunos os sonará esta canción que sale en la banda sonora de Matrix. Si os fijáis un poco veréis que está basada en esta otra

Se trata de las Enigma variations que escribió Elgar a principios de este siglo. Al parecer estaba un día improvisando en el piano cuando a su mujer le gustó especialmente una melodías que estaba sonando. A modo de juego, Elgar comenzó a hacer variaciones sobre esa base inicial intentando en cada una de ellas describir a un conocido o amigo suyo. Y nunca mostró el patrón original sobre el que evolucionaban las variaciones.

En fin, un bonito regalo para sus amigos…

seamos héroes por un día

Aquí va una versión del camaleón hecha por tres petardos. Es probable que la canción cambie a menudo porque estamos haciendo pequeños arreglos.

De todos modos, Bowie… no te preocupes porque no vamos a dedicarnos a la música.

Y si la queréis bajar… en este enlace

la mer – boum

Ayer, un personaje de Lost comenzó a cantar La mer al final del capítulo. En casa tengo la versión original de Charles Trenet, pero investigando por ahí he encontrado que existen cerca de 400 versiones diferentes de la canción. Y buscando buscando, me he encontrado con esta otra canción del francés: alegre, rápida, onomatopéyica… BOUM!

Mais… boum!
Quand notre coeur fait boum
Tout avec lui dit boum
Et c’est l’amour qui s’éveille

yo también he capitulado

Tengo que reconocerlo: yo también he sucumbido a los encantos de Lost. Empecé ayer, y casi sin darme cuenta ya he visto los siete primeros capítulos. Supongo que para los que ya estáis por la tercera temporada estos inicios pueden arrancar una sonrisa. Pero seguro que observaréis con un poco de envidia todo el campo que me queda por delante.

Y tanto me ha gustado que durante el día de hoy estuve pensando dónde reside la magia de la historia. Como todo nuevo fan, necesitaba hablar con fans veteranos. Así que acudí a mi hermano. Y éste me dijo que «en muchos momentos le gustaría vivir en la isla…».

Eso es precisamente lo que nos proporciona la serie. El inicio de una nueva vida. Claro que no todo el mundo cambia de vida así como así, con lo cual recurrimos a una ruptura traumática con el pasado (un accidente aéreo) y a un escenario muy concreto: una isla.

No se trata de ninguna casualidad el haber escogido una isla. Tenemos multitud de ejemplos en la literatura universal porque muchos escritores son incapaces de resistir ese poder absoluto de recrear o utilizar la isla como pequeño laboratorio social y emocional. Ahí está la juvenil «Isla de Coral» con esos empalagosos niños náufragos que parecen sacados de una película de Spielberg. Y como contrapartida está «El señor de las moscas» con una tropa de canijos demostrando que todo niño pequeño es un cabrón en potencia. Tenemos a don «Robinson Crusoe» sobreponiéndose gracias a una mezcla de religión+amistad+tozudez y la emocionante «Isla del tesoro» que puede leerse miles de veces sin llegar a cansar nunca. Inquietos nos quedamos tras leer esa «Isla del doctor Moreau» donde los animales se convierten en humanos y acompañamos regocijados a Odiseo que va dando tumbos de isla en isla para no tener que explicarle a Penélope ese peaso de juerga que se le ha ido de las manos. Ejemplos no nos faltan…

De vuelta a la isla en cuestión, una vez que estamos en la orilla junto al avión estrellado es imposible no pensar qué papel adoptaríamos en este nuevo orden. Por ahora tenemos un líder nato, el siervo nato, el capullo nato, la superficial, la mujer coraza, una embarazada, el nifunifa, un iraquí, el espiritual, un grupo de padre hijo y perro, una pareja de coreanos que (teóricamente) no se enteran de nada y… ¡hasta tenemos un guitarrista!. Pero claro, no todo puede ser tan obvio y cada capítulo voy aprendiendo que el capullo no es tan capullo y supongo que más adelante la superficial hará algo que me haga cambiar de opinión. Lo único que creo no va a cambiar es mi enamoramiento repentino de una tal Kate.Y la sensación de estar plenamente de acuerdo con mi hermano: en muchos momentos me gustaría estar ahí con ellos y poder partir de cero de nuevo.

En fin… que estoy realmente enganchado.

noches rigurosas

Ayer de noche me puse con la guitarra bastante temprano y sólo la solté justo antes de dormir, a una hora en la que seguir con las cuerdas podría molestar a los vecinos. A esto se llama una actitud muy cívica aunque muy poco rockera 🙂 .

Y cuelgo aquí lo que he grabado. Estoy contento con una de las dos pistas, la del acompañamiento. La otra pista tiene escalas mal escogidas y peor tocadas. Supongo que algún día recuperaré esta melodía y la mejoraré. Mientras tanto…

…where you’re always well lit

i love ny

¿Os acordáis del lite-brite? En las vacaciones americanas estuvimos en un bar en el que tenían unas cuantas pizarrillas donde la gente ponía el mensaje o dibujo que más le apetecía.

Y por si queréis perder un poquillo el tiempo, aquí tenéis el lite-brite online

acústica

Me he regalado esta preciosidad en mi último viaje. Por ahora me estoy acostumbrando a su sonido, quizás demasiado «americano» y metálico para mi gusto. Y estoy haciendo pruebas, como este medley entre Nuages de Django Reinhardt y So Broken de Björk.

Por cierto: impagable el testimonio de la cantante islandesa (recomendado por Nacho)