Bailad, bailad, malditos

De modo que Eduardo y May se levantaron, entre el aplauso general, para bailar solos, y Berta tocó la pieza más arrebatadora de su repertorio.
Pues bien: creedme o no, apenas hubieron bailado cinco minutos, súbitamente el mandadero tira la pipa, coge a Dot por la cintura, se lanza en medio de la habitación y voltea rápidamente con ella haciendo piruetas, ora sobre los talones, ora sobre la punta del pie. Apenas les vio Tackleton, se deslizó suavemente hacia la señora Fielding, la cogió por la cintura y siguió el vaivén. Al notarlo el viejo Dot, se puso en pie y arrebató a la señora Dot en medio del grupo, poniéndose a su cabeza; Caleb, al verlos, tomó a miss Slowboy por ambas manos y partió enseguida con ella, y miss Slowboy, convencida por completo de que las únicas reglas de danza consisten en penetrar vivamente entre las demás parejas y ejecutar a su costa cierto numero de choques más o menos violentos, se entregó a estos ejercicios con entusiasmo.

El grillo del hogar – Charles Dickens

Dickens es magnífico a la hora de describir escenas humanas, desde las más tristes a las más alegres. Y aquí nos presenta en un simple párrafo la alegría del baile. El que no haya sentido nunca (viendo o participando) el torbellino bailarín como miss Slowboy se está perdiendo algo realmente importante en esta vida. Olvidad por unos minutos las hipotecas a 50 años, la teletienda, la política cansina, el desengaño amoroso, los trabajos basura. Además, no hace falta que la melodía sea sublime: si se trata de una orquesta veraniega mucho mejor.

¡Qué poco queda para el verano!

3 respuestas a «Bailad, bailad, malditos»

  1. Curiosamente el título del post me recuerda a ‘Danzad, danzad malditos’, la película de Pollack, que tiene un mensaje totalmente opuesto al fragmento de Dickens. Allí el baile representa una visión muy pesimista de la existencia, con un final de esos que te dan una patada en el estómago. Recomendable si quieres estropearte un bonito día de verano.
    Dos maneras bien distintas de utilizar un mismo tema, verdad?

  2. Es cierto: quizás debería haberlo titulado como la película japonesa Shall we danzu.

    Esa sí que es una visión alegre y reconfortante del baile (no confundir con el remake pasteloso del Richard Gere y Jennifer Lopez)

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