menú en Dublín

Este viernes me fui a comer a Dublín. Al pub, claro. Poca gente sabe que ahí sirven menús a mediodía. Así que el ambiente es siempre tranquilo y relajado. Un primer plato, un segundo plato y una cerveza bien tirada. Esta vez tocó crema de zanahorias, castañeta y una Estrella Galicia. Entre plato y plato aproveché para leer la prensa y observar disimuladamente a la gente del bar. En un determinado momento, un camarero cambió la música y puso un disco de Nat King Cole. Aquel en el que canta canciones en castellano. El mismo que llevaba siempre mi padre en el coche y escuchábamos de pequeños en los viajes familiares. El mismo que robaron un día que nos abrieron el SEAT 124 de noche. Ese mismo…

Al principio pensé que eran imaginaciones mías. Pero después de un rato me di cuenta que todo el pub estaba coreando las canciones. El señor que tenía enfrente atacando la crema de zanahorias, las dos chicas que charlaban detrás mientras fumaban un pitillo, los camareros que recogían las mesas: todos lo hacían de una manera distraída, casi inconsciente. Pero, sin lugar a dudas, todos cantaban. Incluso yo me sorprendí tatareando en voz bajita una letra que llevaba grabada muchos años en mi cabeza.

Y esta es la magia cotidiana. La que te hace amar y querer vivir esta aventura hasta el final. A pesar de los titulares de ese periódico leído entre plato y plato.

2 respuestas a «menú en Dublín»

  1. «Quisiera ser como un niño,
    no tener pasado,
    sonreir sin motivo,
    exigir con gritos aquellos que quiero…»

    Sentir, vivir, simplemente así… Te regalo una sonrisa, me has gustado.

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